EMPODERAMIENTO Y CULTURA

Planteaba hace poco Iñaki Etxebarria en Salud-ando 2.0 la cuestión del empoderamiento, que surgió también en la ponencia presentada por Salvador Casado en las recientemente celebradas Jornadas de Uribe.

En cuanto a la palabra en sí, el propio Casado la definió en su blog como “el proceso por el que los pacientes reciben una información, que convenientemente adaptada y comprendida (evidencia científica para pacientes) les capacita a tomar mejores decisiones sobre su salud, junto a sus médicos y demás personal sanitario que les asisten en sus procesos de enfermedad”, lo cual podría traducirse como potenciar su autonomía.

En mi opinión, existen distintas razones que hacen que la persona usuaria se retraiga, no quiera asumir ese rol activo, y la mayoría de ellas relacionadas con aspectos culturales, de cuáles son las creencias que una persona tiene y conforme a las cuáles actúa, de cómo se entiende el mundo en definitiva.

Por una lado, tenemos el punto de vista de un paciente respecto a su relación con el personal sanitario; esa misma denominación parece que nos da idea de alguien pasivo; de alguien que espera le diagnostiquen y pauten un tratamiento, el cual es posible que siga, con una idea de dar cuentas en una próxima visita a la consulta. Por ello es difícil esperar un cambio rápido hacia una actitud proactiva respecto a su situación, en muchos casos de cronicidad .

Por otra parte, si esta autonomía depende de las TIC (tecnologías de información y comunicación) tendremos con mucha posibilidad un nuevo salto cultural, dependiendo de la persona, de su edad y hábitos. La tecnología, lejos de ser transparente y facilitadora, podría ser no ya un freno, sino una especie de muro insalvable.

Aportación realizada por Pilar San Martín, Enfermera del C.S. Basurto y Matrona en Comisión de Servicios en Eskerraldea, gracias.